Tecnología

La IA está aquí para trabajar con nosotros, no en contra de nosotros

Published January 28, 2025

Los robots humanoides ya no son una visión lejana del futuro; están convirtiéndose rápidamente en una realidad. Algunas de las empresas más ambiciosas del mundo están liderando esta transformación. Empresas como Nvidia, Tesla y Amazon no solo están experimentando con la robótica humanoide; están estableciendo las bases para un futuro donde estos robots serán tan comunes como los teléfonos inteligentes.

Nvidia planea expandir su enfoque más allá de la IA en 2025 y lanzar Jetson Thor, una plataforma de computación para robots humanoides. En 2024, Tesla mostró un avance de su robot Optimus, que Elon Musk describió como potencialmente más valioso que todo el negocio automotriz de Tesla. La implementación del robot Digit de Agility Robotics en los centros de distribución de Amazon subraya este cambio de concepto a realidad. Goldman Sachs incluso ha estimado que el mercado de robots humanoides alcanzará los 38 mil millones de dólares en dos décadas.

Sin embargo, cada avance tecnológico trae consigo miedos.

Hacia la cabeza de la conversación pública está el desplazamiento laboral, con algunas figuras públicas, como Elon Musk, imaginando escenarios de escasez de empleos y pérdida de significado en la vida. Otros prevén una futura disminución en la demanda y salarios laborales. No obstante, la historia nos muestra que esto no significa el fin del trabajo, sino un paso hacia un futuro mejor.

Tomemos el ejemplo de los servicios financieros. Este sector no colapsó ante el peso del comercio algorítmico y modelos impulsados por datos. Al contrario, estas tecnologías crearon nuevas categorías laborales en análisis cuantitativo y TI, mejorando la eficiencia y estabilidad del mercado.

El sector de la salud también fue revolucionado por tecnologías como los Registros de Salud Electrónicos y herramientas de diagnóstico automatizadas, que no solo optimizaron la atención al paciente, sino que generaron roles especializados en informática de la salud y soporte médico en TI.

En el comercio minorista, la automatización en almacenes no ha aniquilado empleos en el sector; ha creado nuevas oportunidades en logística, mantenimiento de robótica y soporte de comercio electrónico, todo mientras hacía posible las compras las 24 horas del día.

Los robots humanoides tienen el mismo potencial. Algunas iniciativas ya intentan reemplazar trabajos tediosos, peligrosos y físicamente exigentes. No hay duda de que si los robots asumen un trabajo, surgirá toda una industria centrada en su desarrollo y mantenimiento.

Además, estos robots pueden ser desarrollados para ocupar roles no cubiertos, como los 8,5 millones de empleos manufactureros en EE. UU., y realizar tareas que los humanos no desean hacer o no pueden hacer de manera segura.

Los robots humanoides también podrían desempeñar un papel crucial al enfrentarse a los desafíos que presentan las tendencias poblacionales en declive. En EE. UU., las tasas de fertilidad cayeron un 15% entre 2010 y 2020, y los jubilaciones de la generación del baby boom están acelerándose. Para 2032, se proyecta que el crecimiento del empleo total se desacelere al 0.3% anual, con tasas de participación cayendo al 60.4%. Robots como el Optimus de Tesla y otros humanoides impulsados por Nvidia pueden complementar esta fuerza laboral en disminución, llenando vacíos mientras generan mercados completamente nuevos.

No obstante, los escépticos y críticos de este cambio tecnológico se centran en los peores escenarios, a menudo ignorando los enormes costos de oportunidad de no abrazar esta oportunidad.

Sería más complicado perseguir más innovaciones en robótica si existe un futuro donde la burocracia frene el desarrollo de humanoides, dejándonos con las mismas escaseces laborales, productividad estancada e industrias lastradas por ineficiencias. La verdadera amenaza al progreso humano no son los robots humanoides; es la regulación que los sofoca.

Por supuesto, las transiciones como esta necesitan ser gestionadas con cuidado. El desplazamiento de ciertos roles es inevitable, y es nuestra responsabilidad asegurar que los trabajadores no queden atrás. La historia nos muestra que cuando la tecnología cambia, las nuevas oportunidades siguen. La clave es preparar a los trabajadores y protegerlos de la posible pérdida de empleo debido a la IA. Programas de formación cortos y prácticos, como microcredenciales, pueden ayudar a las personas a cambiar rápidamente a nuevos trabajos. Estos programas son más rápidos y económicos que la universidad y pueden llevar a carreras mejor remuneradas.

Ver a los robots humanoides como una amenaza es tan perjudicial para el progreso y el desarrollo como considerar que la IA misma es peligrosa. Si bien es crucial reconocer y regular los riesgos, se debe maximizar el potencial de los robots humanoides para beneficiar a la humanidad. Al mismo tiempo, cualquier desafío que presenten debe abordarse sin sofocar la innovación.

tecnología, robots, trabajo, oportunidades