El coste ambiental de la Inteligencia Artificial
La tecnología de la Inteligencia Artificial (IA) está avanzando rápidamente y su demanda crece en todo el mundo. Este cambio trae consigo un crecimiento potencialmente insostenible en la necesidad de electricidad. Los expertos temen que el desarrollo de la energía no pueda mantener el ritmo de crecimiento de la IA. La IA también puede alimentar la desinformación y gastos perjudiciales que pueden empeorar la crisis climática. ¿Pueden los efectos negativos de la IA coexistir con los atributos potencialmente positivos de la tecnología?
¿Cómo afecta la IA al clima?
La IA se está incorporando en una variedad de industrias y tecnologías cotidianas, convirtiéndose en una parte cada vez más grande de nuestras vidas. Elon Musk, en la conferencia Bosch Connected World, señaló que 'el cálculo de inteligencia artificial que se está poniendo en línea parece estar aumentando por un factor de 10 cada seis meses'. Esto conlleva una gran cantidad de datos que necesitan ser alojados y los materiales para su hardware tienen que ser extraídos, lo que acarrea un gran esfuerzo laboral y costos ambientales considerables.
El riesgo más significativo que la IA representa para el clima proviene del considerable cálculo informático que requiere. Es vital reconocer las emisiones de CO2 de algunos de estos grandes sistemas de IA. Además, es complejo determinar cómo afectará la IA realmente al clima porque diferentes tipos de IA, como modelos de aprendizaje automático que identifican tendencias en datos de investigación o sistemas que permiten a los chatbots conversar, requieren distintas cantidades de poder computacional.
¿Cómo impulsa la IA los problemas climáticos existentes?
La IA tiene el potencial de intensificar la desinformación sobre el clima, incluyendo deepfakes relacionados con el cambio climático. Además, la IA generalmente es poco regulada y puede ser utilizada para publicidad dirigida que promueve comportamientos no amigables con el clima, como la publicidad de 'moda rápida' que incita al consumo de ropa barata y de producción masiva, la cual es reemplazada por nuevas tendencias en poco tiempo.
¿Puede la IA ayudar al cambio climático?
A pesar de los retos, la IA también puede ofrecer soluciones para el cambio climático. Los centros de datos consumen mucha energía, pero existen formas de hacer más eficiente la computación, como los centros de datos refrigerados por agua que tienen emisiones de carbono aproximadamente un 10% menores que los refrigerados por aire. Además, la tecnología de IA en sí puede ayudar a abordar diversos problemas climáticos, como la optimización de rutas de vuelo o el seguimiento de emisiones de contaminantes. La meta debe ser evitar el daño climático y, en su lugar, ayudar a reducirlo.
IA, clima, energía