El Modelo de Gobernanza Único de OpenAI Descontenta a los Inversores
Entre las startups de inteligencia artificial generativa, OpenAI siempre ha destacado, pero no exclusivamente por su tecnología de punta. Era su modelo de gobernanza único lo que diferenciaba a la compañía, un modelo que recientemente desembocó en la destitución repentina del CEO Sam Altman el pasado viernes.
Luego de cambiar su estatus de organización sin fines de lucro a una empresa de 'lucro limitado' en 2019, OpenAI mantuvo una estructura organizativa poco común, que establecía claramente lo que los inversores podían — y no podían — esperar respecto al liderazgo de la empresa.
Los Efectos Posteriores Pueden Ser Significativos
Por ejemplo, los retornos para los inversores de OpenAI están limitados a 100 veces la inversión inicial. Esto significa que si un inversor contribuye con $1, su ganancia máxima se limita a $100 en total.
Los inversores de OpenAI también deben comprometerse, al menos en teoría, a seguir la misión de la organización sin fines de lucro que guía los esfuerzos comerciales de OpenAI. Dicha misión es lograr la inteligencia general artificial (AGI por sus siglas en inglés), o inteligencia artificial capaz de 'superar a los humanos en la mayoría de los trabajos económicamente valiosos', pero no necesariamente generando beneficio económico durante o después de alcanzarla. La decisión de cuándo OpenAI ha alcanzado esta AGI recae exclusivamente en la junta directiva, y esta AGI - en la forma que sea - está excluida de los acuerdos de licenciamiento comercial que OpenAI tiene establecidos con sus clientes actuales.
La estructura dual y orientada a la misión de OpenAI era al menos aspiracional, inspirada en el altruismo efectivo y diseñada para delinear claramente los esfuerzos de la empresa para generar beneficios de sus metas más ambiciosas y humanísticas. Sin embargo, los inversores no esperaban que la junta ejerciera su poder de la manera en que lo hizo. Y al parecer, tampoco muchos de los empleados.
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