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La tendencia del arte AI de Studio Ghibli de ChatGPT es un insulto a la vida misma

Published March 27, 2025

En el pasado, OpenAI se había mostrado muy cauteloso en permitir que los usuarios crearan imágenes que imitaran el estilo artístico de Studio Ghibli, para evitar posibles demandas por derechos de autor del gigante del anime. Sin embargo, una nueva actualización de ChatGPT ha cambiado esta postura, permitiendo a los usuarios generar imágenes que se asemejan a personajes de películas icónicas de Ghibli, como Spirited Away, Princess Mononoke y My Neighbor Totoro.

Esta actualización ha llevado a una tendencia en línea donde los usuarios publican imágenes generadas por IA de sí mismos transformados en personajes de Ghibli. Muchas cuentas verificadas en X/Twitter han elogiado a OpenAI, argumentando que esta actualización está democratizando la animación, al permitir a cualquiera enviar un prompt y recibir una imagen que podrían haber creado los artistas de Ghibli. Lo preocupante es que OpenAI parece estar aprovechando esta tendencia, a pesar de sus reservas anteriores. El miércoles, el CEO de OpenAI, Sam Altman, incluso cambió su foto de perfil a una imagen de sí mismo generada por ChatGPT representándolo como un personaje de Ghibli.

En un post en su cuenta oficial de X/Twitter, Altman expresó: “ser yo / esforzarme durante una década para ayudar a crear superinteligencia para curar el cáncer o algo así / mayormente nadie se interesa durante los primeros 7.5 años, luego durante 2.5 años todos te odian por todo / despertarme un día con cientos de mensajes: ‘mira, te hice un personaje estilo Ghibli, jaja’”.

El problema subyacente en toda esta situación es cómo iniciativas como las mencionadas reflejan la idea de que la IA “democratiza el arte”, permitiendo que cualquiera pueda generar una imagen en un estilo artístico distintivo, un estilo que los animadores profesionales han tardado años en dominar. Este es también el último ejemplo de las infracciones de derechos de autor que la IA representa para los artistas y actores de voz que buscan protección contra este tipo de abusos.

Además, la situación se complica aún más cuando la cuenta oficial de la Casa Blanca en X/Twitter se une a la tendencia, publicando imágenes al estilo Ghibli para deshumanizar a las personas durante la masiva campaña de deportación del presidente Donald Trump.

La reacción del cofundador de Studio Ghibli, Hayao Miyazaki, hacia el arte generado por IA es bien conocida; él lo desprecia. En el documental de NHK de 2016, Never-Ending Man, un interno de producción mostró a Miyazaki una demostración de un zombie que se desplaza con su cabeza. Tras un breve silencio, Miyazaki expresó su desagrado diciendo que eso era “un insulto a la vida misma”.

Miyazaki compartió una anécdota que lo llevó a esa conclusión: “Cada mañana solía ver a un amigo con discapacidad. Caminaba hacia mí con una pierna girando hacia afuera, lo que le dificultaba caminar. Incluso un saludo con la mano era complicado. Su mano rígida y la mía chocaban, y yo pensaba en él y no podía decir que me gustaba lo que estaba viendo. Quien hizo eso no piensa en el dolor. Es muy desagradable. Puedes hacer cosas horribles si quieres, pero yo no quiero tener nada que ver con eso”.

La notable dedicación que Hayao Miyazaki y su equipo ponen en cada película de Studio Ghibli es digna de mención. Cada película cuenta con entre 60,000 y 70,000 cuadros, todos dibujados y pintados a mano. Un clip de 4 segundos de The Wind Rises le llevó a un animador 15 meses de trabajo.

La negativa de Miyazaki a involucrarse con la IA se entiende claramente al considerar el esfuerzo monumental que él y sus animadores invierten para hacer que cada escena de sus películas sea tan inspiradora como lo son. Un ejemplo impactante de este esfuerzo fue presentado en otro documental, 10 Years with Hayao Miyazaki, que se hizo viral tras la tendencia de la animación AI de Ghibli. El video muestra un fragmento de cuatro segundos de una multitud en Wind Rises, que tomó a su animador, Eiji Yamamori, 15 meses en completar. Cuando Yamamori minimizó el elogio de Miyazaki diciendo “es muy corto”, Miyazaki respondió: “Pero valió la pena”. Si Ghibli y Miyazaki decidieran tomar acciones legales contra OpenAI y ChatGPT por esta situación, sería interesante observar la evolución del caso.

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