La inteligencia artificial empieza a tomar decisiones sobre quiénes llegan al mundo
La inteligencia artificial (IA) está siendo utilizada en clínicas de fertilidad en Australia para ayudar a elegir los embriones que se transferirán a los pacientes. Sin embargo, esto ha generado preocupaciones sobre la deshumanización de los padres y los bebés, según afirman investigadores.
De acuerdo con un artículo australiano, permitir que el aprendizaje automático decida sobre “quién es traído al mundo” sin una supervisión ética adecuada podría erosionar la confianza pública en las clínicas de fertilidad.
La profesora Catherine Mills, jefa del grupo de investigación Reproducción en Sociedad de la Universidad de Monash, y una de las autoras del documento, expresó que los pacientes de IVF (fertilización in vitro) y sus parejas podrían no saber si se ha utilizado IA para seleccionar sus embriones, ni cómo se entrenaron los algoritmos para tomar esa decisión.
Según el artículo publicado por la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología, la inteligencia artificial conlleva el riesgo de sesgos no intencionados. Esto significa que “los algoritmos de aprendizaje automático pueden funcionar mejor para ciertos grupos que para otros (por ejemplo, basado en la etnia)”.
La tecnología podría considerar características que los pacientes preferirían que no influyeran en la elección del embriones. Por ejemplo, si el sistema de IA es más propenso a recomendar transferir embriones de un sexo particular o, teóricamente, embriones con rasgos de enfermedad que correlacionen con una mayor probabilidad de implantación.
Mills declaró que es difícil saber cuán extendido está el uso de IA en la selección de embriones dentro de la floreciente industria de fertilidad en Australia. Se estima que los ingresos del sector local alcanzarán los 922,9 millones de dólares estadounidenses (1,49 mil millones) en 2023 y se prevé que lleguen a 1,63 mil millones para 2030.
“Algunas clínicas lo están utilizando; hay algunos datos empíricos de que algunas lo usan de forma rutinaria”, mencionó Mills. “Creemos que se usará más ampliamente”.
La tecnología tiene como objetivo mejorar la selección de embriones, aumentar las posibilidades de embarazos exitosos y reducir el tiempo y el costo de los tratamientos. Un grupo nacional de fertilidad, Virtus Health, recientemente realizó un ensayo clínico sobre el éxito predictivo de la inteligencia artificial en el análisis del desarrollo embrionario.
Mills enfatizó que no ha habido suficiente discusión sobre implicaciones éticas y de consentimiento. "Existen numerosos ejemplos de tecnologías que han sido introducidas en clínicas de tecnologías reproductivas asistidas que tienen beneficios dudosos, en algunos casos ningún beneficio y, en otros, pueden resultar dañinas o costar dinero a las personas sin beneficios reales", dijo.
El Dr. Julian Koplin, autor principal del documento y académico de bioética, afirmó que aunque existen beneficios en la tecnología, actualmente no hay pautas, regulaciones ni requisitos sobre la divulgación del uso de IA a los pacientes. "Podría ser que hay personas que no desean que las decisiones sobre qué niños van a tener se tomen por inteligencia artificial en lugar de un embriólogo humano", explicó.
La intervención de los algoritmos de computadora en la decisión sobre quién llega al mundo es un asunto sensible que debe manejarse con cuidado y respeto, indicó Koplin. “Particularmente si la IA ayuda a las personas a tener un IVF más barato, rápido y menos angustiante, parece algo bueno. Sin embargo, dado que afecta algo muy importante para quienes planean una familia, es crucial que estén informados, tengan alternativas y no se vean obligados a usar la tecnología, además de dar su consentimiento informado”.
Los pacientes de clínicas de IVF deben tener el derecho de optar por el uso de inteligencia artificial en la selección de embriones, argumentan los investigadores.
Petra Wale, presidenta de la Sociedad de Fertilidad de Australia y Nueva Zelanda, confirmó que la IA se está usando en clínicas de fertilidad australianas, “principalmente como una herramienta de apoyo para ayudar a los embriólogos a clasificar embriones según varios parámetros”.
Según Wale, la decisión final sobre la selección de embriones siempre recae en un embriólogo clínico capacitado, asegurando que la supervisión y el juicio humano permanezcan en el centro del proceso.
“Los algoritmos de IA ofrecen varios beneficios comprobados”, dijo Wale, incluyendo evaluaciones estandarizadas, reducción de variabilidad entre embriólogos, mayor eficiencia en el flujo de trabajo del laboratorio al automatizar partes del proceso, y apoyo en la toma de decisiones para los embriólogos.
“Respecto a la transparencia, las clínicas informan a los pacientes sobre las tecnologías utilizadas en su tratamiento, incluyendo las herramientas de IA cuando son aplicables. Sin embargo, a medida que la IA continúa evolucionando, las discusiones sobre ética, pautas y conciencia pública son críticas”, agregó.
La científica reproductiva Amy Webb, del Centro de Bioética de Monash, comentó que algunos pacientes entrevistados para la investigación del grupo esperaban que la IA pudiera proporcionar más información que condujera a un embarazo exitoso más rápido de lo que podría suceder de otra manera, y estaban emocionados por su introducción.
Algunos embriólogos también consideraron útil la información adicional que ofrece la IA, siempre que los pacientes sean informados sobre su uso y tengan la opción de optar por su uso o no. Sin embargo, “muchos pacientes se sienten un poco desconectados al pasar por el proceso de IVF, y existe miedo entre algunos por hacer que un proceso ya difícil se sienta aún más difícil al reducir el contacto humano”, concluyó Webb.
inteligencia, artificial, fertilidad