La revolución de la inteligencia artificial en la educación superior

Hoy en día, un estudiante puede obtener un ensayo escrito a la velocidad de un clic. La tecnología de inteligencia artificial (IA) ha avanzado de tal manera que produce textos mucho más rápido de lo que se puede leer. Por ejemplo, mientras un autor escribe la conclusión de un ensayo, el lector apenas ha asimilado la introducción.

El autor de un ensayo generado por IA a menudo añade: ‘Si necesitas que alguna sección se expanda o refine, ¡háznoslo saber!’ Esto puede resultar impactante al observar el contenido.

En las décadas de 1980, como estudiante, me tomó semanas elaborar una disertación sobre un tema similar. Para hacerlo, tuve que leer múltiples obras y comprender una variedad de críticas literarias. Ahora, un programa de IA puede crear un estudio competente sobre el uso de la amenaza como recurso dramático en las obras de Harold Pinter y Joe Orton, en cuestión de segundos.

La IA no solo argumenta de manera eficaz, sino que también encuentra citas relevantes para respaldar sus afirmaciones. Sin embargo, puede haber errores. Por ejemplo, puede mencionar una obra que no estaba en la lista de lectura del estudiante y omitir otra que sí lo estaba.

A medida que la IA mejora, preocupa su impacto en la educación. Recientes investigaciones han revelado un aumento del 700% en casos de mala conducta académica en universidades escocesas, relacionados con el uso de IA para producir trabajos académicos. Metalizados por estas estadísticas, muchos temen que la IA permita a los estudiantes eludir la educación formal y aún así obtener sus títulos.

Se estima que el número de casos de ‘trampa’ utilizando IA alcanzará más de mil en el año académico 2023-2024. Un alto porcentaje de estudiantes está utilizando estas herramientas, lo que hace cuestionar cuán representativos son sus títulos de sus capacidades académicas efectivas.

El desafío de las universidades

La preocupación radica en que la IA está mejorando su calidad de escritura más rápido de lo que las universidades pueden adaptarse para defender la integridad de sus programas académicos. Un académico ha señalado que las redacciones generadas por IA están comenzando a cumplir con los requisitos mínimos para aprobar.

Así, se pone en duda si la escritura tradicional sigue siendo un método viable de evaluación. Estudiantes simplemente instalan aplicaciones como ChatGPT en sus teléfonos y pasan sus tareas a estas herramientas. Esto crea un dilema crítico: ¿cómo se puede evaluar a un estudiante si una máquina podría hacer su trabajo por él?

Por ahora, el mayor incentivo para no usar IA puede ser el miedo a ser descubierto. A pesar de su capacidad para generar contenido, la IA a veces puede cometer errores, como crear citas inventadas o mezclar información de diferentes autores, lo que provoca inconsistencias.

Implicaciones amplia en sociedad

La IA no solo afecta a la educación, sino que también tiene repercusiones en diversas industrias creativas. Por ejemplo, las grandes empresas tecnológicas están utilizando el contenido en línea de artistas para mejorar sus modelos de IA, lo que podría afectar directamente a los estudiantes que utilizan estos recursos no autorizados.

Las opiniones divergen sobre el uso aceptable de la IA en la educación. Un estudio reciente revela que, aunque solo un 18% de los estudiantes admite usar IA en el trabajo entregado, muchos la utilizan para aclarar conceptos o resumir información.

Sin embargo, los educadores advierten sobre las consecuencias de reemplazar el estudio ancestral con la conveniencia de la tecnología. Es crucial que los estudiantes sigan interactuando con material académico auténtico y entiendan que el conocimiento no es solo contenido disponible en un teléfono.

Como exalumnos que dedicaron tiempo y esfuerzo a sus estudios, la evolución actual puede resultar desalentadora. No obstante, muchos coinciden en que la verdadera educación radica en el proceso de investigación y reflexión, no solo en la obtención de buenos resultados.

Universidades escocesas están trabajando para asegurar que la IA se use adecuadamente en el contexto académico. Aunque la IA presenta desafíos, también aporta beneficios a la educación, ya que se espera que los graduados tengan habilidades en IA que serán necesarias en el futuro.

Por último, la discusión continúa sobre cómo las universidades y los gobiernos deben abordar esta nueva realidad. Ya sea que opten por más exámenes presenciales o revisiones orales, el desafío permanece a medida que la IA sigue evolucionando y redefiniendo la forma en que se mide el conocimiento.

IA, educación, tecnología