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No te dejes engañar por el discurso de Big Tech sobre la necesidad de robar para superar a China en IA

Published March 19, 2025

Google y OpenAI han enviado cartas a la Casa Blanca solicitando una revisión de la legislación sobre derechos de autor como parte de un "plan de acción" para fomentar el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) en EE. UU. Pero detrás de esta petición, hay un deseo claro de las grandes empresas de tecnología de aprovecharse del trabajo de otros para obtener grandes beneficios sin compensar a los creadores originales.

El tema central es el uso de material protegido por derechos de autor para entrenar sistemas de IA. La ley establece que aquellos que quieran hacerlo deben pagar por ello. Un fallo reciente de un tribunal federal en el caso Thomson Reuters v. ROSS reafirmó esta visión. Ross Intelligence, Inc., intentó utilizar el producto Westlaw de Thomson para desarrollar sus programas de investigación legal, alegando que se encontraba bajo la doctrina de "uso justo" para una utilización gratuita de la propiedad intelectual de otros.

Sin embargo, el Tercer Circuito no aceptó esta alegación: el "uso justo" permite, por ejemplo, citar un editorial del New York Times con la finalidad de refutarlo, o que un crítico cite una canción de un musical para explicar por qué el espectáculo es genial o terrible. Pero no cubre el uso de la propiedad intelectual ajena para competir directamente con el propietario.

Tras esta decisión, Google y OpenAI han instado a Washington a modificar la ley de derechos de autor con el argumento de que, de no hacerlo, China podría ganar la carrera en IA. Este argumento parece un deseo de conseguir excepciones a cualquier ley que les resulte incómoda. En su afán por tratar de "superar a Pekín", podrían desear lo que sea: desde electricidad gratuita hasta el uso sin pago de bienes inmuebles de otras personas.

A pesar de que el presidente ha nombrado a David Sacks, un veterano de Silicon Valley, como su "zar de la IA", es probable que su equipo no se deje engañar por esta estrategia. Las inversiones en IA siguen llegando por miles de millones de dólares; las empresas tecnológicas pueden permitirse pagar un precio justo por el trabajo de otros.

De hecho, la empresa matriz del periódico Post, News Corp, firmó el año pasado un contrato, que se reporta en 250 millones de dólares y con firmes protecciones de propiedad intelectual, para licenciar contenido a OpenAI. Mientras tanto, The New York Times está demandando a OpenAI por infracción de derechos de autor, y Alden Global Capital, que posee varios periódicos, también está persiguiendo su propio caso contra OpenAI y Microsoft.

Con los inmensos capitales destinados a la investigación en IA, Big Tech puede fácilmente permitirse pagar por lo que necesita de otros campos; no necesita ni merece un derecho privilegiado para robar.

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